El próximo 26 de octubre el Centro Cultural Virla celebra 37 años de vida.
El “Virla”, semillero de artistas, siempre motivado por una intención de extensión, es un corazón que late constantemente, que alberga los sueños de los artistas y trabaja continuamente para poder contener a los mismos.
Apoya al teatro independiente de Tucumán a través de coproducciones y recibiendo proyectos de gran envergadura a nivel nacional, promueve, expone y comercializa producciones de artistas, diseñadores y creativos, celebra la palabra generando espacios de producción literaria, fomenta el crecimiento de nuestros espectáculos musicales, lo local, lo regional y lo nacional, fueron protagonistas, apuesta a la excelencia incorporando el desarrollo local de artistas plásticos.
El Virla construye identidad ciudadana: en el centro cultural todos son grandes. Tienen las dimensiones de sus sueños, la trascendencia de los valores que expresan, la importancia de su compromiso con la ciencia o con el arte.
Iván Alarcón, director del espacio universitario, destaca que uno de los objetivos es tratar de ser “ser muy pluralista con respecto a las actividades que se presenten, sin poner el foco en el número de espectadores o rédito de venta de entradas”. “Sino fundamentalmente (me propongo) ampliar el abanico cultural de la ciudad y de la provincia, apoyando a los grupos emergentes”.
Un poco de historia
El Arq. De Lassaletta realizó la construcción del Centro Cultural remodelando el viejo edificio que mide 70mts de fondo por 11 mts. de frente que se ensancha en un martillo final de 20 mts, que es donde se erigió el salón Auditórium o Anfiteatro con capacidad para 305 personas sentadas, único en un espacio cubierto en nuestra provincia.
La entrada principal al Centro está constituida por un espacio creado por la recova, que es intermediaria entre la circulación de la vereda y el hall de acceso, jerarquizada por una división de puertas vidriadas.
En su interior encontramos un espacio acondicionado para exposiciones con exhibidores y vitrinas empotradas, que se repiten a lo largo de sus paredes laterales.
A continuación, el espacio se estrangula creando una zona de recepción y atención al público, acompañado de vitrinas libreras en las que se puede conseguir material literario, científico, técnico además de discografía regional, no habitual en el mercado comercial. Se llega a un hall de distribución en el que se encuentran las oficinas.
Luego se encuentran las salas bandejas para exposiciones ubicadas en tres niveles.
La bandeja superior de forma rectangular se extiende a media altura del techo y define a igual nivel otro espacio de descanso, lectura y bar. Debajo de esta bandeja, en el subsuelo se construyeron las salas semicircular y pequeña. Para acceder a ellas hay tres escaleras, una conduce a la bandeja superior y otras dos a las del subsuelo.
La Sala de Arcos, llamada así por poseer arquerías en relieve (nichos) está ubicada en el nivel de circulación y se comunica directamente con la entrada principal del edificio y culmina hacia el fondo con la escalera que conduce hacia el bar y al anfiteatro.
El Salón Auditórium presenta dos entradas también de puertas vidriadas, acorde con definición de anfiteatro su planta es semicircular al igual que el escenario, las líneas curvas de éste y las que se generan en la platea se conjugan con las rectas de las paredes, este juego de líneas se repite en el techo. Por su tratamiento formal, este anfiteatro es multifuncional, se pueden llevar a cabo representaciones teatrales, recitales, proyecciones, conferencias.
Los espacios están ricamente articulados; desde la entrada principal hay una circulación dirigida que permite al espectador visualizar los distintos ambientes.
El aspecto plástico de todo el centro Cultural presenta características comunes, predomina el uso de maderas lustradas en los detalles del techo, arquerías, mostradores, vitrinas, barandas de escaleras, paredes blancas y paneles de iluminación que dan calidez a todos los ambientes.
El diseño del Centro Cultural fue un acto inteligente de protección al patrimonio arquitectónico de la ciudad ya que se modernizó un magnífico edificio de nuestra zona céntrica, sin alterar el agraciado y elegante estilo de su fachada.
Actualmente lleva el nombre del Ing. Virla y el anfiteatro el del Arq. De Lassaletta.
Comunicación Institucional CC Virla. Prof. Susana Muiño